OLD SCHOOL TATTOO

 De este modo, uno de los primeros artistas en profesionalizar el tatuaje fue Martin Hildebrandtr, quién abrió su propia «tattoo shop» en New York en 1846, aunque en aquel momento utilizando técnicas muy rudimentarias, muy lejos de lo que hoy en  la actualidad conocemos como arte de tatuar. Esta tendencia emprendedora la siguió Samuel F. O´Reilly, haciendo lo propio en 1875 también en New York. Allí, a diferencia de Hildebrandtr, comenzó a usar las primeras máquinas eléctricas, lo que fue un avance brutal. Menos dolor, mayor velocidad y la tinta entrando mejor bajo la piel; la verdadera revolución  del tattoo de la época. Posteriormente sería el propio O´Reilly,  uno de los primeros en introducir la figura de aprendiz de corte más purista. Tuvo a Ed Smith y Charlie Wagner como aprendices bajo las premisas «limpia, observa y pinta». El final del siglo XIX y el transcurso del XX, serán clave, para el desarrollo del tatuaje tradicional americano, alcanzando una de sus fases de mayor esplendor desde su reciente aparición. Este período sería fundamental, gracias a multitud de tatuadores que dejaron un gran legado que contribuyó al crecimiento y consolidación del estilo. Ben Corday (1875-1938) Fue uno de los grandes en el mundo del tradicional americano. Larga es la lista de ocupaciones de Ben Corday como marinero, tatuador, gigante, sirvió en el ejército británico, trabajó como luchador, portero, lacayo de una familia privada, actor de teatro y pantalla, artista comercial, grabador y estibador. Gracias a la publicación Tattoo Travel Book de Don Ed Hardy, ahora tenemos un registro de las habilidades para pintar de Corday, que se compone de diseños bellamente dibujados y sombreados que, como D.E. Hardy lo expresó, son “una influencia primordial en los tatuajes de principios del siglo XX».




Charlie Wagner (1875-1953) Apodado como «Michelangelo of Tattooing«, una de las grandes leyendas del tattoo americano, desarrollo  su carrera en la ciudad de Nueva York . Trabajando en el Bowery en el bajo Manhattan, Wagner se hizo cargo del espacio de la tienda en el numero 11 de Chatham Square que Samuel O ‘Reilly, su maestro, había ocupado. De hecho, Charlie Wagner realmente continuó el trabajo de  O’Reilly en más de un sentido; si  Samuel O’Reilly patentó la primera máquina de tatuar en 1891, Wagner mejoró ese diseño y recibió su propia patente en 1904. De hecho, la mayoría de las máquinas construidas hoy se basan en aquel diseño de Wagner.

Gus Wagner (1872-1941) «The tattooed globertrotter«, aunque compartían apellido no existe parentesco entre Gus y Charlie  (que se sepa). En aquella época ya existían las primeras máquinas de tatuaje, pero Gus Wagner fue de los pocos tatuadores que continuó con el estilo clásico «hand-poked «. Lograban diseños muy detallados realizaban de manera manual con un palillo o aguja que se mojaba en tinta. Además de dejar una colección de flashes increíble, Gus  instruyó y enseñó la técnica «stick and poke» a su esposa Maude Wagner, con la que además también intercambiaba tatuajes. La hija de ambos, Lovetta Wagner además de actuar en circos, seguiría la profesión de sus padres.

  • Maude Wagner (1877-1961) Maud aprendió de su maridoGus Wagner, la técnica de tatuaje tradicional y adoptó esa forma de arte, y junto a su esposo lo difundió por todo el país. Ella acabo con el cuerpo cubierto de tatuajes realizados por su esposo; él le dibujó animales míticos y salvajes, plantas exóticas, mujeres indígenas e incluso el nombre de ella. En una época en donde los tatuajes no eran bien vistos porque se los consideraba arte salvaje o propio de clases bajas, Maud rompió los prejuicios de un ámbito dominado por hombres y se convirtió en una talentosa artista y la primera mujer tatuadora profesional conocida.


  • Bert Grimm (1899-1985): merodeaba tattoo shops a los 10 años apuntando a niño prodigio. Una autentica figura en el mundo del tatuaje tradicional. Aprendió el oficio de Sailor George Fosdick y Sailor Gus en Portland, para abrir, posteriormente, su primer estudio en Chicago en 1916. Después de un periplo de unos años por Hawaii y Asia, volvió a USA hasta asentarse en su mítico estudio de Long Beach California el Nu Pike, donde trabajó con algunos de los grandes en el negocio, entre ellos, Domingo Gulang, Charlie Barr, Tatts Thomas, Red Gibbons, Walter Torun, Bob Shaw y Col Todd, entre otros.


    • Percy Waters (1888-1952): vinculado desde niño a ferias y shows, empezó a tatuar como hobby alternándolo con su trabajo en una fundición, lo que posteriormente le serviría de ayuda para labrase un buen nombre, no sólo como uno de los tatuadores más laureados,  también como dueño de uno de los negocios de equipamiento para tatuajes más exitosos del momento.  En 1929 patentó la máquina de tatuar eléctrica y acabó sus días al frente de su compañía en Alabama.

    • August «Cap» Coleman (1884-1973): fue maestro de tatuadores como Leonard L. «Stoney» Clair. Regentó su propio estudio hasta los años 50 en Norfolk Virginia, y deja tras de sí un sin fin de clásicos que hoy en día muchos artistas siguen utilizando. Muchos de los tatuajes de Coleman, que incluían el gran águila, el arcón de la bandera, el barco en el estómago, los diseños de sol en las rótulas, se podían ver en la pequeña estatua que se mostraba en el escaparate de su tienda en Norfolk. Esta estatua ahora es parte de la colección del Mariner’s Museum en Newport News, Virginia.

    • Albert Kurzman «Lew the Jew» (1880-1954): tatuador de orígen judío, estudió dibujo y metalurgia en la escuela secundaria. Se dice que  Albert fue diseñador de papel tapiz antes que tatuador.  Trabajó durante varios años con Charlie Wagner en Chatham Square. Fue el primero en rediseñar y poner flashes a la venta en la ciudad de Nueva York. Flashes que podéis encontrar en un libro recopilatorio que lleva por nombre «Lew the Jew Alberts: Early 20th Century Tattoo Drawings».
    • Owen Jensen (1891-1976): pionero en Detroit, dejó clásicos increíbles, además de una gran herencia en la construcción de máquinas.Tras combatir en la I Guerra Mundial, Owen, empezó a trabajar en varias ciudades y diferentes espectáculos, posteriormente  con multitud de artistas de la época, Charlie Barr, Coleman, Sturtz o Lee Roy, entre otros y  en diferentes  estudios y salones de tatuaje. Vinculado al mundo circense, como era habitual en la escena del tattoo, se casó con Dainty Dolly, una famosa gorda de circo, a la que acabaría cubriendo de tatuajes,  según cuenta la historia.


      • Norman Collins aka Sailor Jerry (1911-1973): militar de la armada americana de profesión, considerado una de las personas más influyentes del tatuaje tradicional americano. Previa formación en Chicago,  se instruyó con Tatts Thomas, acabó montando su propio estudio de tattoos en Honolulu, Hawai. Muy influenciado por la cultura asiática, Jerry admiraba profundamente el trabajo de los maestros del tatuaje japoneses y fue el primer occidental en entrar en correspondencia regular con ellos. Sin embargo, también estaba decidido a vencerlos en su propio juego. Recogió el estilo «japones» y lo fundió con el tradicional  americano, dejando tras de sí infinidad de tatuajes super sólidos y limpios. Golondrinas, dagas, barcos, dragones, y otros muchos diseños que hemos visto cientos de veces, son clásicos del mítico Saylor Jerry. Ed Hardy y Mike Malone, seguirían su camino muy influenciados por él.  El parlour de Norman, Sailor Jerry’s Hotel Street, era el lugar a donde llegaban los nuevos marineros a ser tatuados por primera vez. Las islas hawaianas servían como la principal salida hacia Asia y aquello le permitió a Sailor Jerry estudiar el oficio y el estilo Irezumi, el tradicional arte de tatuaje japonés.  A lo largo de su carrera, Sailor Jerry se dedicó a explorar los elementos pertenecientes a los diferentes estilos de tatuaje japonés, y los mezcló con elementos propios. Su legado se puede ver en los tatuajes flash propios de Sailor Jerry, y en la influencia que su trabajo ha tenido dentro del estilo de tatuaje americano.
      • Tatuaje Clásico, la II Guerra Mundial y Evolución
      • Además de la aportación de estos y otros muchos artistas, la II Guerra Mundial marcó un punto de inflexión importante en la consolidación y evolución del estilo tradicional. Jóvenes americanos fueron enviados a una guerra de la que muchos no volvían.

      • En este contexto, los soldados y marineros, cada vez más tatuados, no perdían un segundo en pensar en el qué dirán, así que en sus pocos ratos de ocio aprovechaban para tatuarse. El amor, la nostalgia, el vicio, el patriotismo o la lucha eran algunos de los temas más recurrentes.  Honolulu, y Pearl Harbor en particular, era un destino de solera por el que muchos soldados pasaban, irse con una pieza para su colección era casi obligatorio.

      • En los años 50 y 60 el tatuaje tradicional siguió vinculado a gente que no quería pasar por el aro de la sociedad. Además se asoció cada vez más a convictos; de ahí que eso de tatuarse no estuviera muy bien visto que digamos. También, estaba muy vinculado a los moteros que consideraban el tatuaje como un distintivo grabado a fuego, algo de por vida.

      • Lo cierto es que a partir de los 60 el tatuaje progresó gracias a artistas como Cliff Raven o Jamie Summer, entre otros muchos. El repertorio de diseños crece de la mano de artistas cada vez más jóvenes.  Para que posteriormente, en los años 70 y 80, cuando  el movimiento punk era tendencia, bajo sus chupas vaqueras cortadas empezaron a verse piezas clásicas que servían para reforzar su imagen.

      • Aspectos Técnicos del Tatuaje Tradicional Americano
      • El tattoo tradicional se caracteriza por algunos detalles básicos: Lineas gruesas, firmes y sin modulación. Con colores primarios sólidos, rojos, amarillos, verdes, azules y mucho negro. Diseños simples o de gran abstracción que dentro de los mismos tienen una complejidad absoluta, de composición equilibrada y detallada pero no excesiva, no hay detalles realistas ya que siempre responde a las reglas básicas de luz y sombra.

      • Surgieron muchos maestros del tatuaje americano, como ya hablamos algunas lineas más arriba. Pero es indiscutible que Norman Collins (Sailor Jerry), fue un pionero dentro de la cultura del tatuaje en occidente. A medida que los tatuajes se hacían más populares entre los militares del ejército aliado durante la Segunda Guerra Mundial, Sailor Jerry se encontró a sí mismo abriendo un tattoo shop en Honolulu (Hawai), un escenario prominente dentro de la historia del tatuaje.

      • Tatuaje Old School en la Actualidad
      • En la actualidad, el «American-tattoo», también conocido como Old-School, permanece intacto con su solidez, su limpieza y toda su esencia. El mayor cambio, es el brutal avance tecnológico. Los «tattoo suppliers» mejoran sus prestaciones: mejores tintas, iluminación, mobiliario e infinidad de recursos. Incluso desde Leaf Pro, haciendo lo propio, intentando aportar nuestro granito de arena a la escena de tattoo actual.

      • La interacción y la imitación, entre artistas sigue existiendo pero el gran avance que las redes sociales han supuesto  promocionando  artistas y la aceptación del tatuaje en la sociedad, han jugado un papel clave en este crecimiento.

      • A medida que el tiempo ha pasado, se han desarrollado diferentes estilos de tatuaje, y muchos de ellos han evolucionado. Hoy en día, casi en cualquier parte del mundo te puedes encontrar con un estudio de tatuajes, y con alta probabilidad con un buen tatuador que engorde tu colección. Lo que solía ser una cultura representada principalmente por tatuajes de chicas pin-up, anclas y cuchillos, se ha expandido, dando paso al valor agregado  de la elegancia y las piezas trabajadas. Algunos artistas prefieren el estilo donde se resalta la línea y el dibujo, otros dan valor a patrones geométricos, otros, sin embargo, cubren grandes áreas de piel con negro sólido, etc. Lo que sí es cierto, que en la actualidad se ha creado una nueva contracultura, que se hace más popular cada día, donde el tatuaje se ha convertido en  algo más que un accesorio preponderante, un modo de vida.






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